Misión Kepler descubre 3 nuevos planetas que podrían ser habitables







el satélite Kepler fue lanzado por la NASA en 2009, con el fin de cumplir este objetivo. Su tarea incluye monitorear a 150.000 estrellas para poder identificar aquéllos planetas que posean un tamaño similar al de la Tierra y que giren alrededor de una estrella -equiparable a nuestro sol- dentro de lo que se llama la “zona habitable” de cada sistema.

Gracias a la misión Kepler, se ha podido descubrir la presencia de tres nuevos planetas fuera de nuestro sistema solar que, se piensa, podrían ser habitables por su tamaño y la distancia que los separa de su estrella madre. Se trata del Kepler-62e, el Kepler-62f y el Kepler-69c.



Kepler-62e y Kepler-62f

Según la revista Science, estos dos planetas forman parte de un sistema a 1200 años luz de nuestro mundo, compuesto por cinco cuerpos celestes que poseen una estrella anfitriona denominada Kepler-62.

Como explicó William Borucki, científico investigador principal de Kepler en el Centro de Investigación Ames de la NASA, cuanto más pequeño sea un planeta, mayores posibilidades tiene de ser rocoso (en lugar de estar compuesto por gas).

En este sentido, se estima que el Kepler-62f es un 40 por ciento más grande que la Tierra, lo cual lo convierte en el planeta más parecido –potencialmente- a ella. El mismo da la vuelta a su estrella cada 267,3 días y podría ser rocoso, con capas polares, masas de tierra y agua.

Por su parte, el Kepler-62e parece ser un 60 por ciento más grande que la Tierra y la distancia que lo separa de su estrella madre es menor, por lo cual rodearla de punta a punta le toma 122,4 días. Se cree que éste podría ser un mundo acuático de océanos profundos.

Kepler-69c





Un estudio publicado en The Astrophysical Journal dio a conocer este planeta y su sistema (Kepler-69), que se encuentra a 2700 años luz de distancia de la Tierra.

El Kepler-69c también orbitaría alrededor de una estrella similar al sol. Su tamaño sería un 70 por ciento mayor que el terrestre y se cree que, al igual que Kepler-62f, podría ser un mundo de agua, con océanos extremadamente profundos.

Thomas Barclay, científico Kepler del Instituto de Investigación Ambiental de Área de la Bahía en Sonoma (California), piensa que es factible que carezca de una superficie rocosa y que su temperatura sea mucho más elevada que la rige sobre la Tierra, rasgo que lo asemejaría a Venus. “Probablemente, si allí hubiera vida, ésta sería muy diferente de lo que vemos en nuestro mundo”, subrayó el científico.

La clave está en la atmósfera

Más allá de todas las condiciones que indican que estos nuevos cuerpos podrían ser habitables, existe un punto flaco en las investigaciones: no se han podido estudiar sus atmósferas y esto, debido a las distancias en las que se encuentran, puede que no sea realizable, por lo menos en lo inmediato. Así, preguntas sobre la presencia en ellos de elementos como el dióxido de carbono o el oxígeno (entre otros) quedarán sin respuestas por el momento.

A causa de esto último, “Las misiones futuras de la NASA van a centrarse en estrellas más cercanas que podremos observar con mucho más detalle”, dijo finalmente Barclay.

Discovery News

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